Coachella y la transformación de los festivales en pasarelas
Ya hablamos de la temporada de premios, así que ahora toca hablar de la época de festivales, la cual quedó inaugurada el pasado 13 de abril con el comienzo de Coachella, la cita del postureo y los likes por excelencia. Dos fines de semana llenos de música, famosos e influencers de todo el mundo y, sobre todo, mucha moda.
Los asistentes a este festival celebrado en el desierto de Indio, California, no ven el momento de que llegue la fecha para poder estrenar sus modelitos. Looks que a simple vista parecen descuidados llevan días de preparación detrás. Solo hay una regla, puedes ponerte lo que quieras pero tiene que quedar bien en las fotografías. Una norma simple que este año se les fue de las manos al público. De esto modo, se pudieron llegar a ver transparencias extremas que no dejaban nada a la imaginación, rostros llenos de purpurina o cubiertos con pedrería facial y accesorios de gran tamaño que no parecían lo más adecuado para acudir a un concierto.
Por si no había quedado claro, Coachella no es sólo un festival de música, es la nueva pasarela que sienta las bases de los looks que se llevarán durante todo el verano. Así que dejando a un lado los extremismos, os traemos una guía básica de lo que se ha visto estos fines de semana, y que podréis aplicar a vuestros conjuntos.
Como cada año, lo que está de moda, y lo que no, ha cambiado, pero aún así hay ciertos códigos estéticos que se mantienen invariables: los shorts vaqueros y las prendas con flecos son algunas de las claves que se repiten edición tras edición. Otra de las cosas que no cambia es el estilo boho -una mezcla entre lo hippie y lo bohemio-, que este año se ha visto sobre todo en maxivestidos y en faldas largas.
Una de las tendencias con las que han tenido que convivir las anteriores, y que ya pisaba fuerte en el street style, son las prendas de estilo lencero. Se han visto desde en vestidos y camisetas en tonos neón, hasta en camisas pijameras, pasando por simplemente llevar la lencería como top. De esta manera, las asistentes al festival californiano combinaban partes de abajo con toques hippies con tops más atrevidos.
Otra tendencia que viene del street style y que se ha recibido con los brazos abiertos es la aclamada vuelta de los 90. En ella el atuendo deportivo se conjunta con pantalones cortos, gafas de sol de estilo cat eye, deportivas, bisutería dorada, maquillaje en tonos melocotón y trenzas o space buns. Junto a esto ha llegado la confirmación definitiva de que la riñonera ha vuelto a nuestras vidas, y que además es el mejor accesorio para los conciertos, ya que son cómodas y en ellas te cabe todo lo necesario.
Un factor en común que compartieron todos los conjuntos fue el brillo sin límites. Ya fuera en forma de purpurina como maquillaje, abalorios faciales o prendas de lentejuelas. Todo lo que brillaba tenía cabida y pase VIP en Coachella. Especialmente cobraron importancia las face gems -pedrería facial-, que se vieron dispuestas alrededor de los ojos, en una discreta hilera en la frente, sobre los pómulos, o hasta en los muslos y el culo, haciendo honor al extremismo presente en esta edición.
Algo que ya se veía el año pasado, y que este ha inundado Intagram, son los sombreros estilo cowboy. Los cuales se unen a otra moda del lejano oeste que lleva tiempo instaurada en este tipo de fiestas por su comodidad: los botines -de punta, con tachuelas o flecos recuerdan a las películas de indios y vaqueros-. Este tipo de sombreros, que se caracterizan por su ala ancha se han convertido en el accesorio favorito de todos los asistentes, ya que no solo sirve como recurso estilístico sino que también ayuda a protegerse del sol abrasador del desierto. Por ello, aunque las coronas de flores siempre estarán en nuestros corazones, le damos el visto bueno a este toque aventurero. Además, quedan muy bien con otra de las tendencias típicas, los total looks en blanco, que con su aire romántico y desenfadado hacen que no nos olvidemos del espíritu hippie.
Como cada año el festival fue el punto de encuentro de grandes celebridades, algunas asiduas como las hermanas Hadid, Kendall Jenner o Emily Ratajkowski, y otras que pisaban por primera vez la fiesta de Indio como Millie Bobby Brown. Otra persona que no podía faltar a la tradición fue la modelo brasileña Alessandra Ambrosio, que seguía fiel a su estilo bohemio multicolor, por el que parece que no pasa el tiempo, a pesar de todos los cambios que ha habido en las tendencias de looks festivaleros. En uno de sus múltiples conjuntos, Ambrosio siguió apostando por el croché, aunque esta vez en unos pantalones arcoiris, los cuales combinó con un crop top denim y una cazadora vaquera con flecos. Como complementos, gafas de sol e infinidad de pequeñas pulseras. Hay veces que cuando algo está bien no hace falta cambiarlo.
Coachella como siempre reunió a grandes artistas del momento para que fueran los cabezas de cartel. Este año les tocó el turno a The Weekend, Eminem y Beyoncé. Esta última, con su regreso al festival californiano, marcó un antes y un después en la historia al ser la primera mujer afroamericana que encabeza esta cita musical. Durante una impresionante exhibición de dos horas mostró sus habilidades de canto y baile como solo ella sabe, demostrando quien es la reina del lugar. No solo se pudo disfrutar de la música, sino que Beyoncé también deslumbró con su vestuario diseñado por Balmain, en el que una simple sudadera y unos pantalones cortos combinados con unas botas plateadas de flecos se convertían en el look con más estilo que podríamos haber imaginado. Otro de los puntos fuertes de su actuación fue las multiples personas a las que subió al escenario, desde su marido Jay-Z a su hermana Solange, sin olvidar el reencuentro de Destiny Child, el cual hizo que al reunirse Beyoncé con su ex-compañeras Kelly Rowland y Michelle Williams, muchos volvieran a su adolescencia. Tú siempres reinarás.
Ahora que ya conocéis todas las tendencias para triunfar en los próximos festivales, ¿alguien quiere invitarme a uno?
Élanor
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